Así como la tuya, mi historia con los propósitos no alcanzados y sueños fracasados se remonta a años atrás.
Los ¾ de mi vida, la pasé esperando que las cosas cambien. Desde estudiar por inercia lo que querían mis padres, pasando por tener un trabajo en el que me dejaba la vida y me pagaban un sueldo de becaria, hasta dejarlo todo y quedarme con 80€ en mi cuenta bancaria.
HASTA DECIR ¡BASTA!
Me obsesioné por encontrar nuevas maneras de ponerme objetivos ambiciosos y alcanzarlos.
Y los he superado, con creces.
¡GRACIAS AL PODER DE LA MANIFESTACIÓN!